Nuestros hijos pueden ser nuestros pequeños ayudantes.
 
Imaginaros que estáis en una cocina de fábula, en la que vuestros pinches son estos enanos o duendes dispuestos a ayudar con sus manitas… claro que en la práctica es más realista el caos alrededor y todo el extra que tenemos que limpiar! Pero con mucha paciencia y con nuestro amor hacia ellos, puede ser bien divertido y con el tiempo dejará de ser tan desordenado, para ser una práctica común y excelente actividad familiar!
 
Les podemos dejar en su sillita, o directamente en la mesa, algo que nos sirva de ayuda y les entretenga: judías para que las vayan rompiendo, guisantes para que vayan quitando de las vainas o champiñones para que los partan.
 
El resultado no será perfecto a los ojos de muchos cociner@s, pero lo importante es que tengan contacto real con los alimentos, y es una óptima forma de acercarles a las verduras en el caso de que haya el problema de que no se las comen .
 
También podemos jugar aprendiendo los colores mientras elaboramos una gran y variada ensalada de verduras o frutas!